Francisco Ignacio Madero González “Místico de la autoridad” E. Krauze
Por: Raona Reuguer
Madero era muy espiritista, el creía que los espíritus lo habían elegido para ser el sucesor de Díaz y que él era el que llevaría a buen cauce la sociedad mexicana, como se lo había hecho creer Díaz a Creelman en su entrevista. En la cual le dijo que la sociedad ya estaba madura para afrontar la democracia.
Madero pertenecía a la categoría de los mesiánicos, el cual aprovechó la oportunidad de simpatizar con los marginados, desplazados y resentidos que por supuesto, era un grupo al que no pertenecía, ya que el pertenecía a una familia de terratenientes.
Él era un hombre de gran corazón, pero era un poco ingenuo ya que en la política confiaba demasiado, tanto así que le costo la vida, pero uno se da cuenta que los hombres fuertes duran o mueren por varias heridas, y en su caso él fue muerto por una sola bala y a traición de Victoriano Huerta, quien ya le había insinuado que lo traicionaría y que sin embargo lo dejó continuar. Otra cosa que hizo mal Madero, fue la de no hacer los cambios de una vez por todas, si no que se esperaba demasiado para hacerlos, él no era bueno haciendo política y para ser buena política hay que tener la astucia de un zorro y la fuerza de un león. Su gobierno tan solo duro 1 año y 9 meses por lo cual le hizo falta hacer muchas cosas.
Pero si hay que reconocerle su ímpetu y sus ganas por cambiar al México de esa época al proclamar el plan de San Luis.
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