Opinión

El significado de…
El amor

Por: Aldo Clark

El amor es un tema sujeto a polémica desde los distintos ámbitos en los que se hable de él, pero yo simplemente me limitaré a expresar mi perspectiva de lo que significa el amor desde el punto de vista más objetivo posible.

Bien, ¿qué es el amor? Según el diccionario de la Real Academia Española, se considera como el afecto por el cual el ánimo busca el bien verdadero o imaginado y apetece gozarlo; es el esmero con que se trabaja por algo; finalmente, es una reacción química del cerebro (para los firmes creyentes del sentimiento, esa última definición seguramente les pareció algo vacía, un golpe bajo de esos que duelen, como dice un cronista deportivo: “ahí… donde las arañas hacen su nido”).

Pero vayamos al grano, con esto y la infinidad de definiciones y perspectivas con las que se conoce a tal emoción, he llegado a una conclusión un tanto breve. El amor no es otra cosa que la fuerza más poderosa del universo.

Algunas personas tal vez piensen que me debrayo, sin embargo he aquí mi argumentación: por qué es la fuerza más poderosa, simplemente porque está en todo, lo voy a singularizar para que en caso de no estar de acuerdo se puedan identificar con algunas de las siguientes razones.

Amas a tus padres y hermanos, y si no amas saber que algún día por fin te independizarás de ellos; amas un deporte o de lo contrario, amas no tener que practicarlo ni verlo; amas el cine, aunque también amas ir a comprar las películas con tu pirata más cercano para no hacerle tanto daño a tu bolsillo.

Amas a tus amigos que junto con tu familia son tu sostén y quienes están ahí siempre, por el contrario amas ser un ermitaño que se abre, es decir, amas la soledad, también se puede por qué no; amas el poder y ser tú quien manda, en contraste, amas ser sumiso, mandilón o más neutral, amas ser el mediador en todos lados; amas el arte y la cultura en general, en su defecto amas ser indiferente e incluso ignorante, no te importa, te da igual.

Amas conocer y aprender cosas nuevas, antagónicamente amas estar en la lela, ser un conservador encajonado en tu mundo donde nadie puede entrar; amas a los medios de comunicación, no obstante amas saber que existen pueblos que sin ellos logran sobrevivir de forma autónoma y alejados del posmodernismo en un oasis espiritual que pocos pueden disfrutar; amas a tu mascota, sin embargo amas que alguien más le dé de comer y lo saque a pasear.

Si estás leyendo esto amas leer, contrariamente amas pensar que esto te servirá para limpiarte en cuanto lo termines; amas a tus hijos, tu razón de ser y por qué no, amas saber que no tienes porque tenerlos.

¡Amas la vida!, pero si eres depresivo amas saber que algún día perecerás y se acabarán tus penas; te amas a ti mismo, si pretendes amar a algo o a alguien primero comienzas contigo.

Amas a una deidad que te da esperanzas, en cambio, amas el libre albedrío que te da la posibilidad de creer en lo que quieras pero incluso, puedes creer solamente en el amor, amas amar.

Por último, amas a aquella persona que por obra de una divinidad o del destino fue hecha para ti, la que vino al mundo a complementarte y amarte como tú a ella (o él) que comprende cada parte de tu ser, de tu sentir y que como nadie más te buscará y te seguirá hasta el fin del mundo e igual que Dante, atravesaría el infierno, el purgatorio y el paraíso para dar contigo.

A final de cuentas ustedes deciden qué quieren amar, y aman poder elegir eso, en fin, eso todo por hoy.